introduccion
Buen día, amados hermanos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy la meditación la hemos titulado: “Da testimonio de Jesús”. Y estamos utilizando en el Nuevo Testamento el libro de Lucas 8:39 y dice así: ”Vuélvete a tu casa. Y cuenta cuán grandes cosas Dios ha hecho por ti. Y él se fue, proclamando por toda la ciudad, cuán grandes cosas Jesús había hecho por él.”
oracion
Oremos. Padre de la gloria en el nombre de Jesús. Santificamos Tu nombre en esta hora. Dándote gracias, Señor, por tus bendiciones, por tu misericordia, por tu amor, por tu perdón.
Señor, tú estás actuando en todo tiempo. Y nosotros, debemos testificar en tiempo y fuera de tiempo. Desarrollar nuestra fe, en la toma de decisiones por el camino de la cruz. Cada momento, Señor, cada día, cada semana. Nuestra constancia es necesaria.
Y sentir que en el desarrollo de nuestra voluntad, el Espíritu Santo nos ayuda al cumplimiento de esa voluntad tuya Padre. Por eso te damos gracias suprema por tus bendiciones. Bendice, Señor, nuestra congregación y a todos los que participan en diferentes lugares, Señor, de esta meditación. En el Santo nombre de Jesús. Amén, amén, y amén.
meditacion
Okay. Esta fueron las palabras del Señor Jesucristo, a un hombre que tenía demonios en él. Y que por años ha vivido en una cueva atormentado. Su estado físico no era el mejor. Pero al encontrarse cara a cara con Jesús, ese género llamado legión, se apartó de él y fue liberado. Ese día pudo ver la luz con más claridad y su razón le fue devuelta.
Amigo y hermano. Las palabras del Señor dichas a este hombre, después de darle liberación, nos muestran lo que Dios quiere para todo hombre. Sus palabras fueron ¡Vete a tu casa! Él no debía seguir viviendo en una cueva, sino en su hogar.
Cuenta… ¿Cuántas grandes cosas ha hecho Dios por ti? Era importante que su familia y su vecindario supieran, quién le había dado esa libertad, él no podía callar. Lo que muchos veían con sus ojos, a un hombre transformado por Jesús.
Ahora. En este día. Si tú has sido tocado por Jesús. No te quedes callado, anda cuéntale a la gente quién eras y lo que ahora, con la ayuda del Señor, has llegado a ser. Que el Señor bendiga tu día hasta luego.
