introduccion
Buen día, amados hermanos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy la meditación la hemos titulado: “No hay nadie como tú.” Y estamos utilizando en el Antiguo Testamento, el texto de 2 Samuel 7:22, y dice así: ”Cuán grande eres Señor y Dios. No hay nadie como tú. Tal y como lo hemos sabido. No hay más Dios que tú.”
oracion
Oremos. Padre de la gloria, santificado sea tu nombre, Santo, Santo, eres Padre eterno, Padre de la misericordia, del amor, del perdón.
Bendecimos, Señor, nuestro encuentro diario, despertamos, influye el pensamiento, nuestras fuerzas, quehaceres, la vida misma, reconocemos tu bondad, misericordia y amor en nuestras vidas, pese al panorama vivencial del mundo.
Pero somos hijos tuyos. Gracias Padre, te alabamos, alabamos tu nombre, te damos honra, honor y gloria en el nombre de Jesús, Señor. Gracias en el nombre de Jesús, amén, amén y amén.
meditacion
Ok. Estas fueron las palabras de David para Dios. Su vida de agradecimiento fue constante. Siempre tenía un cántico para su Señor. Fue llamado el dulce cantor de Israel. Porque el motivo de su alabanza se dirigía siempre a su Dios.
Él pudo decir ¿Quién soy yo? ¿Y, qué es mi casa para que tú me hagas o me hayas traído hasta aquí?
En la personalidad de David, estaba construirle una casa al Señor, donde se mostraba la majestad de ese poderoso Rey de Reyes de Israel. La conclusión de David fue, que ningún Dios se podía comparar con su Señor.
Él había ganado grandes batallas en el nombre del Señor. Y su grandeza no había sido alcanzada por fuerza ni habilidad humana. Sino por el poder de Dios.
Amigo y hermano. Qué bueno es poder entender, que el creador del universo no puede ser comparado con la creación. Nosotros somos solo barro en sus manos y polvo, que vuelve al polvo al final del tiempo.
Pero debemos dar gracias cada día por ese soplo de vida, que infundió Dios en nuestro ser desde el vientre de nuestra madre, para que tuviésemos la oportunidad de existir. Pero además, nos da la oportunidad de escoger, tener la vida eterna a través de Cristo Jesús.
Ahora. Con todo los escrito y lo que has oído. ¿Crees que habrá alguien que pueda compararse con El?
Que esta meditación, que ha sido de profundo, análisis, pensamiento. Todo para nosotros. Que sea de una bendición para tu vida. Y, por eso insistimos. ¿Crees tú, que alguien pueda compararse a nuestro Dios? El Señor bendiga tu día hasta luego.
