INTRODUCCION
Buen día, amados hermanos, amigos, vecinos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Y, hoy estamos presentando la meditación titulada: “Una observación comparativa.” Y estamos utilizando, en el Nuevo Testamento, el libro de Mateo 6:26 y dice así: ”Mirad las aves del cielo. Que no siembran ni siegan, ni recogen en graneros. Y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”
ORACION
Oremos. Padre de la gloria en el nombre de Jesús. Santificado sea tu nombre y en esta hora Señor, queremos darte gracias por la vida, por tu palabra. La palabra que nos instruye, que nos guía Señor, que nos hace sentir más cerca de ti, siempre guiados por tu Espíritu Santo Padre.
Y en este momento Señor, vemos lo que tú palabra en versículo, nos dice. La admiración de ver Señor como tú suples en la naturaleza, los animales, a las plantas. ¿Y, por qué no a nosotros, Señor?
Por eso tenemos que darte las gracias. Por la misma vida porque respiramos, porque vemos, porque oímos, porque pensamos tantas cosas Padre. Y nos ha hecho a tu imagen, Señor, con ese pensamiento, con esa condición cognitiva, con ese corazón, Padre Santo, nuestro mundo emocional y nuestro desarrollo en la voluntad.
Qué belleza, Señor, tenemos que seguir pensando y agradecerte por todas tus bendiciones. Así, Señor, que bendice en este momento esta palabra, que sea de gran ayuda en nuestras vidas, Señor, para que logremos descifrar, Señor, en nuestras vidas finitas que tenemos. ¿Que cuál es el quehacer nuestro? ¿Cuál es el pensamiento y que hacer para agradecerte a ti, Señor? Y hacer tu voluntad en el nombre de Jesús amén, amén y amén.
MEDITACION
Ok. En este pasaje de las escrituras, leemos cómo se le muestra al hombre que su valor es tan importante, aún más que la creación y la fauna. Cuando Dios creo las cosas, siempre dijo hágase. Pero al hacer al hombre dijo, hagamos.
Cuando Dios creó las cosas siempre dijo hágase. Pero al hacer al hombre digo, hagamos. El valor del hombre es incomparable en el corazón de Dios. Fue tan inmenso, que a pesar de ser un ser caído, Dios envía a su hijo en rescate para salvarlo de esa condición.
Amigo y hermano, las aves de los cielos viven su existencia. Ellas solo son lo que son. No se preocupan de aquello que no debe traer preocupación, solo viven volando, cantando y dependiendo totalmente de lo que el mundo que Dios creó les ofrece. Y aquí está la lección para el hombre, si Dios lo tuvo en el Edén y le dio todo sin preocupación, fue el pecado que le trajo esa carga de la muerte y el sentir afán por la vida.
Cuando vivimos como viven las aves del cielo, que viven en libertad, ellas simplemente son aves y viven un día a la vez. Si entendemos la dependencia que debemos tener en Dios, la vida, por muy difícil que sea, encontraremos esperanza y disfrute.
En este día, agradece por lo que Dios te ha dado y por quien eres tú. Un ser muy especial para el Señor. El Señor bendiga este día hasta luego.