INTRODUCCION
Buen día amados hermanos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy la meditación se ha titulado: “El pan de vida.” Y estamos utilizando en el Nuevo Testamento, el libro de Juan 6:35. Y dice así: ”Yo soy el pan de vida. Declaró Jesús. El que a mí viene nunca pasará hambre. Y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed”.
ORACION
Padre de la gloria en el nombre de Jesús te damos gracias por la vida. Gracias por tu palabra, tus bendiciones todas Padre Santo. En este momento yo estoy pidiendo Padre Santo que sea de gran bendición esta palabra.
Que sea de gran orientación a nuestro pensamiento y nuestros hechos. Santificado sea tu nombre en esta hora Padre. Y queremos una bendición especial sobre el grupo participante. Toca Señor, nuestro corazones, tu Espíritu Santo, Señor sea de inspiración a toda nuestra alma, nuestro espíritu Señor y que esta meditación sea escuchada, Señor, con detenimiento y ver el mensaje que mandas para todos nosotros en el Santo nombre de Jesús, amén, amén y amén.
MEDITACION
OK. Estas fueron las palabras del Señor al referirse a la vida misma, Él la creó y él la sustenta. Los discípulos recordaban ese pan que recibieron sus Padres cuando estaban en el desierto. Y a pesar de las circunstancias, fueron sustentados en todo trayecto con maná, un alimento que venía de arriba.
Pues Jesus toma este ejemplo para enseñar que, así como los israelitas fueron alimentados en esa época, de la misma manera, él sería el pan del cielo enviado por el Padre para dar vida a los hombres, calmaría, su hambre y su sed del alma.
Amigo y hermano. Cuando nos alimentamos de la palabra de Dios, nuestra alma se refresca y se alivia. Jesús se presenta como ese pan de vida. Si tienes a Cristo, no morirás de hambre ni de sed, pues él es la vida.
En este día amigo, te animo a alimentarte de la palabra de Dios y sobre todo de tener la dicha de conocer a Jesús quién es nuestro pan diario. Solo debes creer en él, el Señor bendiga tu día hasta luego.