INTRODUCCION
Buen día, amados hermanos, amigos, conocidos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestro mensaje lo hemos titulado: “El trato de Dios” Para ello estamos utilizando en el Antiguo Testamento, en el libro de Deuteronomio 8:3 y dice así: ”Y te afligió y te hizo tener hambre y te sustentó con maná. Comida que no conocías, tú ni tus Padres la habían conocido para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.”
ORACION
Oremos hermanos. Padre santificado sea tu nombre en esta hora. En este día te queremos dar gracias, Señor por todas tus bendiciones, en especial Señor la vida, en especial Señor todas esas cosas que vemos en la congregación.
Las diferentes experiencias de cada uno y el fortalecimiento de nuestra fe congregacional. Gracias Padre por tus tiempos en nosotros, por esas situaciones que, pese a nuestra incomodidad, tú estás con nosotros.
Nos has dado experiencia de gozo y paz, y lo mejor, la vivencia congregacional inspiradora para el aprendizaje de tu palabra Señor y fortalecer la fe en nuestros quehaceres congregacionales.
Por ello te damos gracias. Y solicitamos Señor, sigas fortaleciéndonos, sigue bendiciéndonos. En el santo nombre de Jesús, amén, amén y amén.
MEDITACION
OK. Cuando leemos el contexto de este texto bíblico, nos damos cuenta de que Dios había ayudado a Israel a salir de Egipto con mano poderosa.
Abrió camino en el mar, luego lo llevó a través del desierto y lo cuidó, pero en esta etapa estaban disfrutando de las promesas del Señor y él les recuerda la importancia de no alejarse en tiempos de abundancia.
El desierto fue una escuela para ellos, pues les estaba enseñando dependencia de Dios. Y la lección más grande es que sin su palabra, el desaliento los hubiera matado en tiempo de prueba.
Amigo y hermano. Las escrituras dicen “y estas cosas les acontecieron como ejemplo y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” en 1 Corintios 10:11.
Nuestra vida no puede vivirse sin tomar en cuenta al Señor y su palabra. Nuestro cuerpo necesita alimentarse, pero también nuestro espíritu y alma debe ser alimentada por ella. Muchas personas se preguntan, dónde está Dios en mi dolor, o en mi soledad. La respuesta sería cercano es a Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras, en Salmos 145:18.
Así que tenemos un aprendizaje, que es lo que tenemos que hacer frente a situaciones y todos los días, invocar al Señor dando gracias y pidiendo ayuda, espero que tengas un excelente día hasta luego.