INTRODUCCION
Buen día amados hermanos, amigos conocidos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “Dios va con nosotros” basado en el Antiguo Testamento, en el libro de Deuteronomio 20:4 que a continuación dice así: ”porque Jehová vuestro Dios va con vosotros. Para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros.”
ORACION
Oremos Padre celestial en el nombre de Jesús te damos gracias Señor por tus bendiciones. santificado sea tu nombre. Señor, estudiando tu palabra, nos damos cuenta la magnitud y la profundidad, Señor de tus mensajes.
Para aquellos tiempos y en estos tiempos en el nombre de Jesús, Señor, encontramos en tu palabra leyes sobre la guerra en tiempos pasados necesarias para la supervivencia física, moral, económica y espiritual de tu pueblo, y evitar los dioses paganos.
Hoy Señor, somos tu pueblo y enfrentamos en la guerra espiritual, tentaciones, pruebas, situaciones y conflictos que vencer. Somos parte de tu pueblo y rogamos Padre fortaleza frente a cada situación, te expresamos agradecimiento por nuestras vidas y tu palabra. Solicitamos Padre bendiciones en el grupo participante en el nombre de Jesús, Señor amén, amén y amén.
MEDITACION
Ok. Estas palabras que acabamos de leer en Deuteronomio 24, tenían que ser dichas por el sacerdote al pueblo que iba a la batalla. Ellos debían ser animados antes de ir a la guerra para llevar la actitud correcta.
Amigo y hermano. La vida nos presenta grandes batallas que tenemos que enfrentar, pero sin la ayuda de Dios es difícil ganarla, por eso estamos orando, dependiendo de Dios. Pedimos fortaleza, debemos tener el ánimo alto y un espíritu de combate ante la adversidad, el dolor y la angustia.
En este día, amigo hermano y quien me escuche, no sé lo que estás pensando ni qué guerra estás librando, pero te animo para no rendirte antes de ir al campo. Lucha, esfuérzate, aprende lo que hacemos, lo que dependemos de Dios, oración constante, buscando santidad, sigue adelante que Dios va contigo, vamos, levanta la cabeza y avanza.
Que el Señor bendiga tu día hasta luego.