INTRODUCCION
Buen día hermanos, amigos, bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación se ha titulado: “Solo tenemos una vida para vivir” y estamos utilizando dos versículos del Nuevo Testamento en Juan 6:47 que dice así: ”Jesús dijo, de cierto, de cierto os digo, el que cree en mí tiene vida eterna.” Y el siguiente versículo, el apóstol Pablo dijo: “Porque para mí el vivir es Cristo” Filipenses 1:21
ORACION
Oremos. En el nombre de Jesús, buscamos tu rostro Padre. Buscamos tu rostro agradeciéndote por todo lo que tú haces, tus maravillas para nosotros desde la eternidad, Padre, y que en esa eternidad pensaste en la humanidad, en la creación del hombre y aquí estamos, Padre.
Gracias porque estamos conociendo, experimentando quehaceres en una realidad de vida cristiana en estos tiempos. Y por fe, la esperanza de vida eterna Padre.
Reconocemos lo efímero de nuestra existencia, lo finito, pero la transformación a la eternidad cuando durmamos. Por ello Señor, gracias Padre, nuestro quehacer sea de acuerdo a tu voluntad en el nombre de Jesús. Amén, amén y amén.
MEDITACION
OK. Sólo tenemos una vida para vivir. En su epístola, el apóstol Santiago hace esta pregunta, ¿qué es nuestra vida? Y él mismo responde, ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece en Santiago 4:14.
Podemos lamentarnos por el tiempo perdido, pero no podemos volver a vivir ni un solo instante que pasó. Solo tenemos una vida para vivir en esta tierra. Es un capital que quizás hayamos desperdiciado mucho y que lo queramos o no sigue escapándose de nuestras manos.
A menudo vamos tras vanas ilusiones, luego nos lamentamos sobre ocasiones perdidas, ¿eso es la vida? ¿Vivir una vida plena no es más bien vivir con Dios y para Dios, siendo consciente de su gracia, que perdona nuestras faltas y de su misericordia, que nos ayuda en nuestras debilidades?
Amigo y hermano. Muchos de nuestros contemporáneos están intranquilos, pues no tienen esperanza ni seguridad alguna para su futuro, e incluso para el futuro del mundo. Su miedo tiene su razón de ser, pues la Biblia nos habla de tiempos futuros en los cuales Dios juzgará a la humanidad, que rechaza la fe cristiana.
Los cielos pasarán con grande estruendo y los elementos ardiendo serán desechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas, 2 Pedro 3:10. ¿Pero el futuro de nuestro planeta es mi mayor preocupación? ¿Cuando termine mi vida aquí en la tierra, qué sucederá con mi existencia después de la muerte? ¿No se acabará jamás? ¿En dónde pasaré la eternidad?
Cristo murió y resucitó. Si creo en él, me da la vida eterna y es provechoso pensar en la palabra que Dios dio por misericordia, su amor a través de Jesucristo. En Juan 3:16, “porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su unigénito, para que todo aquel que en él crea no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Y recuerda, hoy es el día de confesarte esos pecados, arrepentirte, pedirle a Dios la misericordia de él que te está llamando, en Apocalipsis 3:20 “he aquí yo estoy a la puerta y llamo, si abres tu corazón, el Señor dice que entrará y cenará contigo, se quedará contigo.” Estas palabras de meditaciones te hagan ver el reflejo de nuestra naturaleza pecadora y confieses hoy, es lo oportuno, para que te hagas llamar hijo de Dios. Que el Señor bendiga tu día hasta luego.