INTRODUCCION
Buen día hermanos, amigos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “El vencedor comerá.” Estamos utilizando el texto de Apocalipsis 2:7 que dice así: El que tiene oído, oiga lo que el espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré de comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios.
ORACION
Oremos, padre celestial en el nombre de Jesús, damos gracias por la vida y por tu palabra. Gracias, padre por todas las bendiciones recibidas y porque estamos, señor, en días difíciles, pero tú te muestras cada día, señor, tu fidelidad de grande padre amoroso, padre de la justicia, padre eterno.
Tenemos señor, que bendecir cada día, glorificarte, señor y sentir ese gozo y esa paz que tú das en medio de las situaciones difíciles.
Por ello, señor te estamos solicitando tu atención en cuanto a nuestro comportamiento, en cuanto a nuestra fuerza, te solicitamos, señor, que nos hagas atentos, listo para escuchar lo que el Espíritu Santo está diciendo.
Danos esa fortaleza necesaria, ojos, pensamientos espirituales, para que nuestros hechos sean de victoria conforme a tu voluntad en el nombre de Jesús, señor, amén, amén y amén.
MEDITACION
Ok. En este pasaje el apóstol Juan nos habla de alcanzar una promesa, cosa que fue prohibida a Adán y a Eva. Porque en su desobediencia, ellos comieron del árbol de la ciencia, del bien y del mal. En Génesis 3:6
Pero ahora el mismo señor le ofrece comer de él. Es al vencedor del mundo, y como dice el apóstol Juan ¿Y quién es el que vence al mundo? Sino el que cree que Jesús es el hijo de Dios, en 1 Juan 5:5
Amigo y hermano, esta carta de Apocalipsis nos trae esperanza a todos aquellos que le prestan atención a la palabra de Dios.
El que tiene oídos, no el que tiene orejas. Todo el mundo tiene orejas, pero pocos tienen oído. En este día espero que tú también seas un vencedor y que como tal camines en fe, honrando el glorioso nombre del señor.
Estamos viviendo en tiempos donde todos quieren hablar, pero pocos quieren oír. Escucha con atención, prestarle oídos al que vive y reina, él quiere que tengas vida eterna. Recuerda que ese fruto está en el paraíso de Dios, un lugar apartado para los vencedores. Que el Señor, bendiga tu día hasta luego.